Vivo en Sant Boi de Llobregat, desde siempre. Es mi pueblo. Un pueblo con 85000 habitantes, en pleno cinturón rojo del Baix Llobregat. Un pueblo que desde las primeras elecciones democráticas esta gobernado por el PSC en solitario, o con diferentes coaliciones (innecesarias, por que siempre saca mayoría absoluta) con ICV, CiU e incluso ERC.
A pesar del número de personas que habitamos allí, de la relativa proximidad con Barcelona y de estar rodeados de un montón de infraestructuras de transporte publico, Sant Boi es un pueblo olvidado por todas las administraciones. Infraestructuras de transporte publico viejas, nuevas y previstas (metro, RENFE, trambaix, AVE, la futura línea 9...) ni paran, ni pasan, ni tienen previsto hacerlo en Sant Boi. Aparte de líneas de autobuses (un gran invento y sobretodo muy poco contaminante) el único transporte público que disfrutamos son los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), cuya última estación en Sant Boi se inauguro en 1917.
Ser el primer pueblo que esta al sur del Río Llobregat ha sido (y es) una gran excusa para explicar las dificultades que hay para que infraestructuras básicas que están en nuestro pueblo vecino de Cornellá, no lleguen nunca a la ribera sur del mismo. Que en pleno siglo XXI cruzar el Llobregat sea un problema parece un chiste malo, pero el puente que hay para el trafico rodado data también de la primera mitad del pasado siglo, ampliado en los noventa un carril más, o sea que a lo mejor es verdad, el Llobregat es insalvable.
Gracias a los transportes públicos existentes, y a las grandes infraestructuras viarias de circulación, salir o entrar en Sant Boi en hora punta es simplemente un infierno, pero el ayuntamiento en otro salto mortal para tenernos contentos, hace la recogida de residuos (plástico, papel, vidrio…) de 07:30 a 09:00 de la mañana. Sin duda, así nos muestran el fuerte compromiso que tienen con las políticas de reciclaje y potencian sobremanera que los ciudadanos reciclemos más y mejor.
Luego además, al salir de los limites de Sant Boi, tenemos que ir a velocidades variables para contaminar menos. No obstante los coches oficiales de los que defienden a capa y espada una movilidad sostenible, consumen 17 litros a los cien. Todo esto nos lleva a la conclusión de que en el fondo, lo importante es mantenerse en la poltrona, hacer mucho ruido, y alejarse poco a poco del ciudadano, que total, con ir a votar cuando nos lo piden es suficiente.
Luego se quejaran de que cada vez va menos gente a votar, que la sociedad civil no se moja, en definitiva, que no es culpa de ellos si los ciudadanos somos tan poco solidarios, participativos y alejados del mundo de la política.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario